Cómo prevenir intoxicaciones por ingesta de pescados y mariscos
Especialistas del Hospital El Carmen de Maipú entregaron sus recomendaciones a la comunidad para evitar intoxicaciones alimentarias, causadas por el patógeno Vibrio parahaemolyticus, debido a la ingesta de pescados y mariscos mal cocidos.
Para evitar enfermedades en Semana Santa, cuando aumenta considerablemente el consumo de estos productos, es importante tomar medidas preventivas; de seguridad e higiene en la manipulación de los alimentos.
La tecnóloga médica de la unidad de Microbiología del Laboratorio Clínico, Daniela Rubilar, señaló que esta bacteria es el agente más relevante en cuanto a la intoxicación de estos productos, esto, porque los mariscos están mal cocidos o semi crudos, especialmente los bivalvos o de dos conchas.
“Al no contar con la cocción adecuada, queda viva esta bacteria y produce un cuadro diarreico, vómitos, dolor de cabeza o de estómago, y en ocasiones también fiebre. De aquí la importancia de cómo y dónde comprar los mariscos, además de la forma adecuada para su consumo”, explicó la profesional.
Las principales recomendaciones asociadas al consumo de mariscos, son las siguientes:
-Mariscos 100% cocidos. Para ello, deben hervir al menos 5 minutos, ya que no sólo basta con su lavado.
-Lavarse las manos antes y después de la manipulación de alimentos.
-Evitar la contaminación cruzada, es decir, mantener separados los alimentos crudos, de los cocidos.
-Comprar y consumir en lugares autorizados.
-Mantener la cadena de frío bajo los 5 grados.
Indicaciones de la nutricionista
La nutricionista y jefa de la Unidad de Salud del Trabajador (UST), Romina López, explicó que los pescados y mariscos, más que consumirse con mayor frecuencia en Semana Santa, son alimentos que deberían incorporarse en la alimentación habitual de las personas, esto, porque el pescado es un alimento de excelente calidad nutricional, al proporcionar proteínas de alto valor biológico, rico en vitaminas A y D, minerales y ácidos grasos insaturados como el Omega 3.
Sin embargo, el pescado es un producto perecedero que se puede alterar con facilidad, si no se realizan los cuidados necesarios para la compra y conservación.
Cómo identificar un pescado fresco:
-Comprar en comercios habilitados, que presenten buena higiene general y exhiban sus productos frescos, conservados y cubiertos en abundante hielo, o bien congelados.
-Debe tener olor a mar, pero nunca olor a amoníaco.
-Los ojos siempre brillantes, no hundidos, ni opacos.
-Las agallas rojas, las escamas adheridas al cuerpo y su carne firme; no debe ceder ante la presión del dedo.
-Pigmentación viva y brillante.
-La columna vertebral firmemente adherida a los músculos.
-La sangre roja y brillante.
Con respecto a los crustáceos, como los camarones y langostinos, no pueden presentar manchas negras, mal olor o desprendimiento entre cabeza y tronco. En el caso de los moluscos bivalvos, como las almejas y choritos, deben tener las valvas cerradas y una vez cocidos, abrirse.
Para la conservación del pescado, la nutricionista del HEC señaló que se debe mantener no más de 1 ó 2 días en la parte más fría de la heladera, y hasta 3 meses en freezer. Asimismo, indicó que una vez preparados, deben ser consumidos lo antes posible.
Por último, recordó a la población que el limón no cuece los alimentos, por lo que reiteró la advertencia de consumir los pescados y mariscos bien cocidos, especialmente en el caso de los grupos más susceptibles de la población, como las embarazadas, los niños, ancianos e inmunosuprimidos.