El pasado 18 de enero, el lactante de un mes llamado Raimundo, ingresó al Servicio de Urgencia de nuestro hospital con pequeñas lesiones en la piel, denominadas petequias, además de hematomas que evolucionaron en un *púrpura fulminans, un síndrome que se caracteriza por un inicio agudo y progresivo de hemorragias cutáneas.

El paciente fue rápidamente trasladado a la Unidad de Paciente Crítico (UPC) Pediátrica, donde el equipo médico inició el tratamiento para el lactante y la terapia de reemplazo renal. Gracias al procedimiento recibido, el menor logró ser estabilizado en 24 horas.

“Para nosotros su recuperación fue un éxito, ya que el pequeño Raimundo logró el retiro de apoyo, medicamentos y la extubación a las 48 horas”, relató la Dra. Paola Caviedes, médico residente de la UPC Pediátrica.

Según explicó la profesional, el objetivo del tratamiento fue limpiar la sangre de toda la citoquina inflamatoria (proteínas que regulan la función de las células) que pudieran estar desencadenando el púrpura fulminans.

La doctora sostuvo que “lo que favoreció la recuperación del lactante fue la oportuna consulta de la madre al Servicio de Urgencia de nuestro hospital, quienes tomaron contacto inmediato con la UPC Pediátrica. Esto nos permitió actuar e iniciar de manera inmediata su tratamiento”.

La madre de Raimundo, Aurora Arcos Morales, manifestó que junto a su familia están muy agradecidos por la cercanía, el trato y el procedimiento llevado a cabo con su hijo, tanto en la Urgencia como en la UPC Pediátrica.

“Recuerdo que fue una pesadilla ese día, los doctores hablaron con nosotros y nos explicaron que el diagnóstico era malísimo, que teníamos que rezar simplemente. Después nos señalaron que, en la medida que se fuera estabilizando, se llevarían a cabo los procesos considerando la gravedad del cuadro”.

“En ese sentido, quiero agradecer al equipo médico por lo transparentes que fueron con nosotros, poniéndonos en el peor de los casos comenzamos a trabajar. Fui testigo de cómo los médicos, enfermeras y auxiliares se la jugaron por salvar a mi hijo (…) durante ese mismo día lograron estabilizarlo, y así fue recuperándose día a día, además de responder bien a todos los procedimientos”, manifestó Aurora Arcos Morales.

Trabajo en red

En condiciones estables fue trasladado el pequeño Raimundo el pasado 25 de enero, a la sala de Pediatría del Hospital Clínico San Borja Arriarán (HCSBA), para continuar con los estudios hematológicos (de sangre) que determinen finalmente el diagnóstico de base.

La médico residente de la UPC, Alejandra Vizcarra, destacó el trabajo y el apoyo que recibieron esa jornada para dar inicio al tratamiento de Raimundo, “el hospital nos ha implementado toda la tecnología para poder sacar adelante estos casos, el hecho de contar con toda la monitorización (hemodinamica y microdinámica) para controlar al niño en cada segundo de su evolución, nos permitió sacarlo adelante de su estado de gravedad”.

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*El síndrome de púrpura fulminans tiene una mortalidad que puede llegar de un 60% hasta un 90%, donde la causa más importante es descartar la meningococemia (enfermedad grave de evolución rápida generada por varios tipos de bacterias) que puede causar meningitis y otras formas de enfermedad.